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La pareja en el parto: ¿acompañante ideal o estorbo?

Frente a la creencia de que la pareja es la persona ideal para acompañar a la mujer en el parto, o ante los que consideran que los hombres deben estar fuera del paritorio, sería conveniente que cada pareja decida qué es lo mejor en su caso. Ante la duda, la opinión que debe imperar es la de la protagonista del parto: la mujer.

La presencia de la pareja en el parto se ha establecido en Occidente como una práctica común y mayoritaria.

Si algún hombre prefiere no acompañar a la mujer cuando esta da a luz, se arriesga al juicio negativo de familiares y amigos. Pero, ¿estamos seguros de que el acompañamiento de la pareja en el parto es lo mejor para la mujer en todos los casos?

La opinión dominante sostiene que sí, que lo mejor es que la pareja  acompañe a la mujer durante el parto. Así lo leemos, por ejemplo, en la web bebesymas.com, que se hace eco de esta idea ampliamente extendida:

“La persona ideal para acompañar a una futura mamá a punto de dar a luz es su pareja, ninguna otra persona debería sustituir ese papel (…) La pareja es la persona más adecuada para que la futura mamá se sienta bien (…) basta su compañía para que te encuentres tranquila, sosegada y protegida”.

En el Curso Paternidad y Perinatalidad que organizó el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, el pasado 14 de septiembre, hice una presentación en la que denominé a esta hipótesis, la del padre del bebé como acompañante ideal, Hipótesis Bebés y más. El corolario de esta hipótesis, lógicamente, es que todos los hombres deben estar presentes en el nacimiento de sus hijos e hijas, puesto que es lo mejor para la mujer.

Odent: el padre, mejor alejado del parto

La hipótesis contraria la podemos denominar Hipótesis Odent: el padre nunca debería estar presente en el nacimiento.

En abril de 2008, el famoso obstetra Michel Odent publicó un artículo en el periódico británico Daily Mail en el cual afirma que la presencia del padre en el parto no solo es innecesaria sino que lo obstaculiza:

“Para ella, su presencia (la del hombre) es un estorbo y es un factor importante para que los partos sea más largos y dolorosos, y tengan más probabilidad que nunca de resultar en una intervención”.

Pareja en el parto
Foto: Ashley Marston www.birthbecomeshercontest.com

La principal razón que expone Odent para oponerse a la presencia del padre en el parto es que la liberación de adrenalina -la hormona del estrés- por parte del padre es causa de ansiedad para la mujer, provocando que ella también segregue adrenalina, en un escenario neurohormonal en el que la reina debe ser la oxitocina.

De entrada, nos podemos preguntar: ¿es inevitable que todos los hombres produzcan adrenalina durante el parto y «contagien» a la mujer?

Otra objección que hace Odent tiene que ver con la vida sexual de la pareja y la preservación del misterio. En su libro El bebé es un mamífero, el obstetra afirma:

 “…el alejamiento de los hombres (del parto) ayuda a cultivar el misterio, el misterio que representa para ellos el mundo de las mujeres y del nacimiento. Y la atracción sexual se alimenta de misterio”.

Odent se equivoca de lleno en esta frase. ¿Misterio? Siguiendo con este argumento podríamos concluir, entonces, que cuando el bebé se cague es mejor que el padre no se acerque a cambiar pañales, no vaya a ser que por culpa de la mierda se pierda el misterio

Quedémonos, entonces, con estas dos hipótesis y veamos qué dice la investigación científica al respecto.

¿Cómo se han sentido y qué piensan algunas mujeres acompañadas por sus parejas?

En una investigación hecha en Queen Charlotte’s y Chelsea Hospital (Londres), una de las maternidades más antiguas de Europa,
Chan y Paterson-Brown (2002) encontraron que las mujeres valoran como más útil la presencia de los hombres en el parto de lo que ellos mismos valoran. Ambos miembros de la pareja, según este estudio, sienten que la relación mejoró después de haber compartido una experiencia vital de tanto calado.

El investigador australiano Dellmann (2004), en una revisión de la literatura científica sobre la experiencia de los padres como acompañantes en el nacimiento de sus hijos e hijas, encontró que las mujeres expresan preferencia porque sus parejas estén presentes en el parto y sienten que estos contribuyeron a reducir la ansiedad, el dolor percibido y a hacer más satisfactoria la experiencia.

Asimismo, Dellmann reportó tasas más bajas de depresión posparto en mujeres cuyas parejas asistieron al parto y mejores resultados con el inicio de la crianza.

Estos datos concuerdan, en parte, con una  investigación de Redshaw y Henderson (2013), en la que reportan menos problemas físicos y psicológicos, tres meses después del parto, en mujeres cuyos maridos se implicaron más en el nacimiento de los hijos e hijas.

Sin embargo, estas investigadoras, que se basaron en una encuesta nacional de maternidad realizada en Inglaterra en 2010, hallaron una relación estadísticamente significativa entre mujeres cuyas parejas tuvieron una participación más activa durante la estancia en la maternidad, con trabajos de parto más largos y con la utilización de fórceps.

Las autoras consideran probable que estos padres más comprometidos con el parto de sus mujeres, a su vez, sintieran mayor angustia al verlas doloridas y exhaustas, lo que posiblemente provocó una intervención más temprana por parte del equipo médico.

Un estudio llevado a cabo en China por Ye, Jiang y Ruan (2011) sugiere que el tipo de vínculo entre la pareja puede influenciar la labor de apoyo que realiza el hombre en el parto. De acuerdo con esta investigación, las mujeres que sentían menos conexión emocional con sus parejas experimentan más dolor durante el parto si ellos están presentes.

El rol del padre en el parto
Foto: Esther Edith. www.birthbecomeshercontest.com

¿Qué dicen los padres de su participación como acompañantes?

En la investigación que vimos anteriormente de Dellmann (2004) se señala que algunos hombres describen el parto como un suceso maravilloso, literalmente, “el mejor momento de sus vidas”, pero, a la vez, como una experiencia muy angustiante.

Con frecuencia, los padres están confundidos sobre el rol que deben desempeñar y sienten que no cumplieron con las expectativas que tenían de ayudar a la mujer.

Uno de los temas recurrentes que reflejan las investigaciones es el miedo que sienten los hombres.  En un trabajo de revisión de la literatura científica sobre los miedos paternos en relación con el parto, Hanson y su equipo (2009) identificaron como principales temores y preocupaciones de los hombres:

  • Inquietud por la salud de la madre y el bienestar del bebé, incluyendo el miedo a la muerte de la mujer.
  • Ansiedad por presenciar al dolor de la pareja.
  • Sentimiento de impotencia.
  • Falta de información durante el transcurso del parto.
  • Miedo a una intervención de alto riesgo.

Los hombres también expresan la necesidad de tener más información y apoyo por parte del personal sanitario y declaran sentir rabia e impotencia cuando se les excluye de la toma de decisiones o se les niega la posibilidad de estar con su pareja, por ejemplo, durante la cesárea.

¿Qué motivos dan algunos hombres para no estar presentes en el parto de sus mujeres?

  • Aversión a ser testigos del sufrimiento de la pareja.
  • Miedo a desmayarse.
  • No sentirse preparados emocionalmente.
  • Miedo a sentirse inútiles.
  • Miedo a que se afecte la calidad de la vida sexual con la pareja.

En una investigación cualitativa hecha en Nueva Zelanda por White (2007), se exploró la vivencia de hombres que estuvieron presentes en el parto y que lo experimentaron como un suceso traumático.

Algunos de los padres de este estudio señalaron que se sintieron presionados por la sociedad para estar presentes en el parto, pero que luego se les relegó a un papel de espectadores.

Los padres deseaban ayudar a su pareja, pero se sintieron desautorizados y menospreciados para hacerlo.

Si tomamos en cuenta las denuncias de violencia obstétrica que asociaciones como El Parto es Nuestro vienen haciendo desde hace años, como la utilización de prácticas médicas opuestas a la evidencia científica o desaconsejadas por la Organización Mundial de la Salud, e incluso el ensañamiento intencionado contra la mujer -la principal víctima- no es de extrañar que un hombre también pueda quedar traumatizado después del parto.

Cada pareja, un caso distinto

Los estudios que acabamos de ver no hacen sino reflejar la complejidad del asunto. No podemos decir, despreocupadamente, que todos los padres son  personas ideales para acompañar a las parejas en el parto, ni tampoco es sostenible la afirmación de que los hombres son un estorbo y deben quedarse fuera de los paritorios.

Mientras la investigación avanza, cada pareja en particular debe decidir qué es lo mejor en su caso. Ante la duda, la opinión que debe imperar es la de la protagonista del parto: la mujer.

Tanto el hombre que no desea estar presente en el nacimiento de su bebé, como la mujer que preferiría a otra persona distinta del padre como acompañante, tienen el derecho a expresar su voluntad sin ser censurados o enjuiciados.

¿No quieres que tu pareja te acompañe en el parto? ¡Díselo! Tu hermana, una amiga o una doula pueden ser excelentes acompañantes.

¿Crees que tu presencia en el parto restará más que sumará a tu mujer?  Quizás es preferible que facilites el que ella tenga una compañía más adecuada que la tuya.

Pero, si de verdad quieres acompañar a tu mujer en el parto (y ella lo desea) sin subirle la adrenalina y siendo verdaderamente útil, pero sin protagonismos, entonces es mejor que te prepares. En la próxima entrada de psicologiaparatodos.org sabrás lo que es el PRAN de parto para hombres.

Materiales y recursos para la reflexión

Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal. Curso Paternidad y Perinatalidad

Asociación El Parto es Nuestro

Chan and Paterson-Brown (2002), How do fathers feel after accompanying their partners in labour and delivery?

Dellmann (2004). “The best moment of my life”: A literature review of fathers’ experience of childbirth.

Hanson et al (2009). Paternal Fears of Childbirth: A Literature Review

Redshaw y Henderson (2013). Fathers’ engagement in pregnancy and childbirth: evidence from a national survey

White, G. (2007). You cope by breaking down in private: fathers and PTSD following childbirth

Ye, Jiang y Ruan (2011). Relationship between factors of labour pain and delivery outcomes

Por Máximo Peña

Psicólogo, especialista en intervención psicoterapéutica, máster en mindfulness y periodista

3 respuestas a «La pareja en el parto: ¿acompañante ideal o estorbo?»

Así es, Caridad, estoy de acuerdo contigo, y en el texto lo señalo: ante la duda de si el hombre debe o no estar presente en el parto, la decisión corresponde a la mujer, la protagonista (junto con el bebé) del nacimiento. Gracias por tu lectura, un saludo.

[…] Cada vez son más los hombres que acompañan a sus parejas durante el nacimiento de los hijos e hijas, sin que el personal sanitario, los cursos tradicionales de preparación al parto ni nadie les informe qué hacer o cuál es la manera más adecuada de comportarse, dónde están los límites de su actuación y, lo más importante, cómo pueden ayudar a su mujer sin subirle la adrenalina. […]

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