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Psicología social

Apuntes desde la psicología para la unidad de la oposición en Venezuela

Las disputas internas entre las fuerzas opositoras, el debate entre visiones distintas del país, debe ser aparcado hasta DESPUÉS de que Maduro salga del poder. Hacerlo antes es un error táctico que ha traído, precisamente, la debilidad de la lucha opositora y ha fortalecido al régimen.

No es verdad que la revolución bolivariana haya fracasado en todo: triunfó en romper la unidad de la oposición política en Venezuela, que yace lánguida, exánime, desorientada, perpleja, mientras el país se cae a pedazos.

La paralización es una respuesta normal ante el miedo. Por miedo atacamos, por miedo huimos (qué decir de los miles de venezolanos que cada día huyen del chavismo-madurismo) y por miedo nos paralizamos. Pero si la oposición no sale del estado de cataplejía Nicolás Maduro se perpetuará en el poder.

Hugo Chávez, que no era tonto, no dejó nunca de llamar a los suyos a la unidad. Ese ha sido –la unidad interna del chavismo, a pesar de las diferencias- uno de los principales elementos que ha permitido a la revolución bolivariana sobrevivir, a pesar de haber convertido a Venezuela en un estado fallido.

Maduro se sostiene en el poder solo por la fuerza. Por eso en Venezuela los coroneles ganan cincuenta veces más que los maestros o los médicos…

El apoyo de la comunidad internacional es indispensable como medida de presión contra el régimen, y lo será cuando llegue la transición a la democracia en Venezuela, pero lo decisivo es lo que ocurra puertas adentro.

La unidad de las fuerzas opositoras en Venezuela no es un asunto de conveniencia o lujo: es una necesidad imperiosa, literalmente, de vida o muerte.

Psicología social y conflicto de grupos: unidad en la diferencia

Desde la psicología social, los estudios sobre la reducción de los conflictos intergrupales datan de los años cincuenta, con los trabajos del psicólogo estadounidense Gordon Allport.

Una de sus propuestas más conocidas e investigadas es la Hipótesis del Contacto, según la cual el contacto entre los miembros de diferentes grupos conduce a una reducción de la hostilidad intergrupal. Pero ese contacto no puede darse de cualquier forma, para ser eficaz debe contar con algunas condiciones: apoyo social, frecuencia, respeto y ambiente de cooperación.

El Frente Amplio y la Mesa de la Unidad Democrática no pueden serlo solo de nombre, sino que deben esforzarse por incluir a todos los liderazgos dentro de la oposición y dar un paso al frente en el terreno de la iniciativa política, pasando de la reacción a la acción.

¿Por qué no convocar, por ejemplo, para aplicar la Hipótesis del Contacto, un Congreso Nacional Opositor en el cual cada sector exprese libremente sus ideas sobre las posibles salidas democráticas, se debatan estrategias, se elaboren propuestas y se sometan a  votación popular?

La propuesta ganadora y el liderazgo que surja de dicho Congreso Nacional Opositor  pasarían a liderar la oposición, y el resto de fuerzas debe unirse detrás de la bandera común de poner fin, de forma pacífica, al ejercicio autoritario y calamitoso del poder por parte del chavismo-madurismo.

Sin embargo, para que las partes enfrentadas al interior de la oposición puedan sentarse a dialogar quizás primero sea necesario que se produzca un proceso de categorización cruzada. Esta estrategia de reducción del conflicto, según la Teoría de la Identidad Social (Tajfel y Turner, 1979), consiste en poner de relieve los aspectos comunes de pertenencia de los sectores enfrentados. Así, al hacernos conscientes de lo que nos une a los otros, disminuye la animadversión y el rechazo.

La unidad de la oposición en Venezuela debería estar conformada por todas las fuerzas democráticas convencidas de la necesidad imperiosa de que Maduro y el chavismo, por vías pacíficas, dejen de gobernar.

Esto no significa uniformidad de opiniones. Puede haber, y es conveniente que haya, puntos de vista diferentes y aproximaciones distintas a los mismos fenómenos. La unidad en política ocurre en medio de lo diverso que, sin embargo, da prioridad a lo común. En este caso, todas las fuerzas opositoras deben unirse en torno al objetivo común de restaurar la democracia en Venezuela por la vía pacífica.

Churchill y Stalin, por ejemplo, se sentaron a hablar, desde posturas muy distintas, para hacer frente al enemigo común, Hitler. Porque, a veces, la política requiere más de elementos pragmáticos que principistas. Y no se trata de abandonar los principios, sino de adaptarlos a la realidad.

Reconocer y respetar

Uno de los peores daños hechos por el chavismo a Venezuela es la pérdida de las formas. Es preciso recuperar las buenas maneras y el respeto, que una vez distinguieron al venezolanoHay que reconocer el derecho a existir del otro, aunque no sea de nuestro agrado, e invitarlo, amablemente, con educación, a dialogar.

María Corina Machado, por ejemplo, ha cometido errores, pero nadie puede negar su valentía en la lucha contra el régimen de Maduro. Henry Ramos Allup, por poner otro ejemplo, pertenece a la Venezuela que muchos quisieran dejar atrás, pero, por ahora, mientras Maduro siga en el poder, la habilidad política y experiencia del líder adeco pueden ser de utilidad.

Las disputas internas de la oposición, el debate entre visiones distintas del país, debe ser aparcado hasta DESPUÉS de que Maduro salga del poder. Hacerlo antes es un error táctico que ha traído, precisamente, la debilidad de la lucha opositora y ha fortalecido al régimen.

Los liderazgos de Henry Falcón, Henrique Capriles, Leopoldo López y María Corina Machado, existen, y se deben reconocimiento mutuo. Reconocer en el otro las aspiraciones de uno mismo causa un efecto sanador del odio y el desprecio. Reconocer que el otro puede tener, al menos, parte de la razón, abre la puerta al entendimiento.

Conflicto intratable y conflicto por tratar

El conflicto interno de la oposición de Venezuela no es intratable, según la definición propuesta en los años noventa por Daniel Bar-Tal, profesor de la Universidad de Tel Aviv y ex presidente de la Sociedad Internacional de Psicología Política.

Según este investigador, para que un conflicto se califique de intratable (como el de israelíes y palestinos) debe tener, entre otras características, que las partes se consideren irreconciliables, que si un grupo gana el otro necesariamente pierde y que la naturaleza de la disputa sea una cuestión de supervivencia. No es ese el caso de la disputa interna de la oposición en Venezuela. No es un conflicto intratable, sino un conflicto por tratar.

En cambio, el conflicto entre chavistas y antichavistas se torna más intratable cada día que pasa. De hecho, esta es una de las razones por la cual es imperativo que la oposición permanezca unida: no solo por la dificultad de hacer salir, de forma pacífica, al régimen de Maduro, sino porque el chavismo es una realidad social que fuera del poder tendrá aún una enorme fuerza para desestabilizar el país. Sin unidad, ningún líder opositor podrá hacer frente a la enorme tarea de sacar a Venezuela del agujero oscuro donde la ha arrojado el chavismo.

La unidad de la oposición en Venezuela es un reclamo urgente y los principales líderes no pueden mirar para otro lado. ¿Quién se atreve a dar el primer paso?

Por Máximo Peña

Psicólogo, especialista en intervención psicoterapéutica, máster en mindfulness y periodista

2 respuestas a «Apuntes desde la psicología para la unidad de la oposición en Venezuela»

Excelentes tus planteamientos, el asunto es que esa gente no es demócrata, ni respeta valores, por lo tanto es difícil poner en práctica las diferentes estrategias que planteas. Un abrazo.

Entiendo tu punto dde vista, Corina, es muy difícil enfrentarse con métodos democráticos a quien no actúa democráticamente. Pero hay que intentarlo. Porque la alternativa es convertirnos en lo mismo que adversamos, y esa no es alternativa, al menos, para mí. En imponer sus formas groseras y grotescas el chavismo ha triunfado (por ahora) al trasladar esos métodos a la oposición y conseguir que los opositores adopten el insulto y la ofensa como método de hacer política. La democracia no conoce atajos, y siempre que se intentan el resultado es peor. Contra la antidemocracia, más democracia. Contra el insulto, la indiferencia o la palabra comprensiva, nunca el insulto de vuelta. Se dice en Oriente: la paz es el camino hacia la paz, y yo lo creo así.

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