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Psicoterapia

10 ideas esenciales acerca del Yoga

En el Día Internacional del Yoga recordamos al indianista Heinrich Zimmer, cuya obra, como escribió Jung, “hizo florecer todos los capullos del jardín de las leyendas indias”.

Aunque suele decirse que el yoga es originario de la India, quizás esta apreciación requiere, al menos, alguna matización: el arqueólogo británico sir John Marshall, durante las excavaciones en Mojenho Daro, una ciudad de la antigua cultura del valle del Indo, cuyas ruinas se encuentran en territorio del actual Pakistán, descubrió, en los años 20 del pasado siglo, una tablilla en la que aparece una figura antropomorfa sentada en postura de yoga, con las piernas cruzadas.

A Heinrich Zimmer le gustaba resaltar este hecho, pues el hallazgo del equipo de Marshall está datado hacia el siglo XVII a. C., es decir, es anterior a los Vedas (los textos más antiguos de la literatura india), y nos recuerda que cuando alguien se sienta a meditar con las piernas cruzadas continúa una práctica de 35 siglos de historia.

Pero, ¿quién era Heinrich Zimmer? Zimmer (Greifswald, Alemania, 1890 / New Rochelle, Estados Unidos, 1943) fue un indianista e historiador, especialista en arte surasiático. Estudió sánscrito y lingüística en la Universidad de Berlín y fue catedrático en Heidelberg, de donde los nazis lo echaron, en 1938. De allí pasó a Inglaterra, donde enseñó en Oxford. En 1942 se marchó a Nueva York para trabajar como profesor en la Universidad de Columbia. Al año de llegar, sin embargo, en la plenitud de su trabajo, murió de neumonía.

Heinrich Zimmer
Heinrich Zimmer (1890-1943): «pronto murió el que los dioses amaban».

El amigo de Jung

La importancia de Zimmer para la psicología viene dada por la amistad que mantuvo durante varios años con Carl Gustav Jung, relación que nació de la admiración mutua y que influyó en la obra de ambos pensadores.

Escribió Jung sobre Zimmer, a propósito de su primer encuentro, en 1932:

“Había deseado por mucho tiempo conocerle. Encontré en él un hombre genial, de temperamento vivo. Hablaba mucho y muy rápidamente, pero podía también escuchar atentamente y con viveza. Pasamos juntos unos bellos días que para mí fueron muy ricos en contenido y conversaciones notablemente interesantes”.

Zimmer se valía de su profundo conocimiento de la literatura, el arte, la religión y el pensamiento indios, para establecer interesantes paralelismos con la psicología, especialmente, con el psicoanálisis. A su vez, Jung vio enriquecida su perspectiva sobre Oriente gracias a la conversación y a las obras de Zimmer.

Jung y Zimmer
Amistad y admiración mutua entre Jung y Zimmer.

A su muerte, escribió Jung:

“Lástima que la temprana muerte impidió a Zimmer un viaje a la India. Me he preguntado muchas veces cómo hubiera actuado sobre él el contacto directo con la India (…) Zimmer fue un puer aeternus que, dotado de un lenguaje brillante, hizo florecer todos los capullos del jardín de las leyendas indias”.

Parte de esas flores de sabiduría que ahora comparto con ustedes pertenecen al libro Yoga y Budismo, publicado originalmente por Zimmer en 1935, y editado por Kairós (1997). Un regalo en el Día Internacional del Yoga:

Uno

“El yoga es el esfuerzo por superar la melancolía de la eternidad”.

Dos

“La separación que reduce persona y destino, esfuerzo y mundo, a una obra de teatro que no nos afecta, mientras probamos nuestros envoltorios en una participación involuntaria, se considera en la India el final de toda sabiduría (vedanta), y el yoga es el camino hacia ella como su meta más elevada”.

Tres

«…la distancia perfecta frente a todas las esferas de la persona: esto es el yoga. La vida es un ceremonial, y cualquier contenido de una situación que atemoriza o estimula a otros a defender o fortalecer su yo, es para nosotros tan sólo figurado. El principio de nuestra actuación es un protocolo: ahí donde el destino nos coloca, cumplimos…”

Cuatro

“… lo eterno e imperecedero no puede llegar nunca a aparecerse en su naturaleza. Lo que se manifiesta y se hace evidente es siempre la ilusión de lo imperecedero. De esta forma se adentra lo que no muere en todo lo transitorio, como su más allá interior. Mas, ¿quién comprende esto? El yoga representa el camino que nos guía por encima del umbral de ese más allá que hay en nosotros.”

Cinco

“…se trata de convertirnos en soberanos de la casa de nuestro propio cuerpo, de nuestro mundo. No lo somos, porque esto significaría crear según nuestra voluntad a partir de nuestra totalidad. ¿Cuándo somos capaces de hacerlo? (…) El yoga es el arte de este dominio; nos enseña la técnica para la gran aventura del descenso a nuestra totalidad, en la que el yo se disuelve como la sal en el agua. La parte concreta de nuestra totalidad es el cuerpo con todos los procesos e instancias que encierra (…) Somos sus señores, ciertamente, mas ¿en qué nos obedece?”

Yoga
Zimmer: «Para el yogui, su cuerpo es un cosmos».

Seis

“Al yoga se le llama la lámpara. Con ella en la mano, el yogui recorre sin temor los pasadizos y las cuevas de su cuerpo, que es su mundo (…) ¿Cómo puede hacerlo? Gracias a la respiración, el aliento vital divino –prana–  que hay en nuestro interior…”

Siete

“La consciencia, inestable y sinuosa, queda hipnotizada por el sonido de la respiración, como una serpiente por la música encantada de la flauta”.

Ocho

“Yoga quiere decir querer la escisión, separar a toda la persona como algo extraño a la naturaleza esencial (…) Debajo está el envoltorio de lo inconsciente, el tesoro heredado y continuamente ampliado de semillas y disposiciones, a partir de las cuales el yo siempre vuelve a realizarse a sí mismo. A diferencia de nuestra psicoterapia, que busca la curación de la persona a través del equilibrio entre los reinos del yo y del inconsciente, el yoga se aferra debajo de estas dos esferas y las levanta».

Nueve

“…el proceso de transformación a través del yoga, un camino a través del inconsciente para superar el estado de necesidad de la existencia ingenua y su participación involuntaria en el mundo y en el yo.”

Diez

«…el yogui retorna a su aspecto divino interno a través de la fusión diaria de su parte concreta, incluida su propia forma y su nombre, así como de su consciencia, capaz de imaginar y pensar-designar. De ahí saca la fuerza para poder hacerle frente a todo.”

Referencias bibliográficas
  • Zimmer, Heinrich (1997). Yoga y Budismo. Editorial Kairós.
  • Jung, Carl Gustav (1964/2005). Heinrich Zimmer. En Autobiografía de C. G. Jung, editado por Aniela Jaffé, Recuerdos, sueños, pensamientos, páginas 444-446. Colección Los Tres Mundos. Barcelona, Editorial Seix Barral.

Por Máximo Peña

Psicólogo, especialista en intervención psicoterapéutica, máster en mindfulness y periodista

2 respuestas a «10 ideas esenciales acerca del Yoga»

Qué maravilla, mi Max. Gracias. Ese descenso a la totalidad, ese regreso al cuerpo sólido con lo sutil hecho consciente, es fundamental en el proceso/camino del yoga. En esa etapa justamente ando, de aterrizaje. (El libro de Zimmer lo compré en La Central del Reina Sofía en enero de 2009, durante una visita a la casa de nuestros hermanos en Madrid; el viaje decisivo para nuestra emigración: el viaje del péndulo).

Gracias por tu comentario, Sandra. «Lo sutil hecho consciente», parece una frase del propio Zimmer y podría tomarse como otra definición posible del yoga. ¡Qué maravilla todo aquello que no cabe en una sola definición! Como el yoga. ¡Qué extraordinario aquello cuya comprensión racional no es suficiente (aunque necesaria), sino que nos reclama experimentarlo, vivirlo! Como el yoga, como el amor.

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